El motivo de la alfombra moldava ha sido un punto de partida recurrente en varias de mis obras a lo largo de los años. Su textura textil, que también remite a la estética del píxel, me interesa profundamente tanto por sus cualidades visuales como por su vínculo con mi pasado moldavo, donde la alfombra servía literalmente de fondo en celebraciones familiares y comidas festivas. Con el tiempo, este motivo ha evolucionado en mi trabajo hasta convertirse en un símbolo ambivalente de los contextos comunitarios y la tradición: encarna el cuidado y la pertenencia, pero también evoca las restricciones y expectativas impuestas por lo colectivo. Es desde una cierta distancia emocional y temporal que esta dualidad se hace más evidente.
En Comensais, que retrata una escena de almuerzo dominical, quise representar esa presión asociada al comportamiento grupal, especialmente en entornos familiares o íntimos. En New Jungles, los personajes aparecen físicamente juntos pero emocionalmente aislados, inmersos en un espacio donde la alfombra moldava sobrevive solo como un recuerdo lejano, diluido en un universo visual más próximo a Minecraft. Esta confusión de imágenes refleja la desconexión entre un pasado comunitario tradicional y un presente fragmentado y desplazado.